Según la idea de Montaigne de la separación de poderes, el Estado suele dividirse en tres poderes, incluido el judicial.
Velar por el cumplimiento de la ley es responsabilidad del poder judicial. En otras palabras, se ocupa de resolver los conflictos sociales de conformidad con las disposiciones de la Constitución o del marco jurídico pertinente.
Los juzgados y tribunales son órganos judiciales y jurisdiccionales que componen el poder judicial. Deben tratar los desacuerdos entre ciudadanos particulares y funcionarios públicos, así como entre estos últimos y el gobierno.
Tomar las decisiones adecuadas de este modo permite a la sociedad alcanzar la justicia castigando al delincuente, reparando el daño y defendiendo el Estado de Derecho. Para resolver el problema en los distintos niveles en que se plantea, este poder se organiza en una larga estructura jerárquica de juzgados, tribunales e instancias.
El poder judicial tiene una larga historia en la sociedad, pero no siempre estuvo dirigido por jueces imparciales y bien formados, sino más bien por monarcas, sabios o incluso ancianos de las tribus.
Por otra parte, la vida en común requiere la existencia de un elemento que dote a la sociedad de una norma de justicia compartida. Esto impide que las personas busquen la justicia por su cuenta, lo que conduce a ciclos violentos que posteriormente son muy difíciles de romper pacíficamente.
Características del poder judicial
Los conceptos de debido proceso, proporcionalidad e imparcialidad deben guiar inevitablemente al poder judicial. Esto garantiza que el autor de un delito reciba un castigo justo, además del castigo impuesto a las víctimas.
En otras palabras, el tribunal tiene el deber de dar prioridad a la ley, lo que le permite incluso evaluar las actividades de otros poderes públicos cuando entran en conflicto con las disposiciones constitucionales del Estado.
Por otra parte, el poder judicial es el único poder del Estado que no es elegido por votación popular, sino por evaluación de méritos y revisión por otros poderes, que también son responsables de relegitimarlo o alterarlo. Sin embargo, es responsabilidad del propio poder judicial garantizar que incluso la elección de sus miembros se produzca dentro de los parámetros legales.
¿Quién compone el poder judicial?
El poder judicial está compuesto por un conjunto jerárquico de juzgados y tribunales. En ellos, la justicia se administra examinando los argumentos, la documentación justificativa y las propias leyes.
Los encargados de esta actividad son jueces que han recibido formación académica en la materia, que abordan el caso con total objetividad y que, por último, siguen las normas establecidas por las leyes y los procedimientos judiciales.
Jueces y abogados componen los distintos tribunales (acusados y fiscales). Cada uno de ellos está extremadamente especializado en una determinada área del Derecho, como penal, administrativo, civil, constitucional, etc.Además, esta autoridad está dispuesta de forma jerárquica y piramidal, con el Tribunal Supremo de Justicia en la cúspide y tantos tribunales por debajo como niveles existan, desde el más amplio (la nación) al más específico (el municipio, por ejemplo).